Valencia 557 - Sagrada Familia
En su estado original, la vivienda presentaba tres dormitorios pequeños e interiores, construidos con materiales antiguos y desactualizados. Comenzamos derribando todos los tabiques interiores, creando así un espacio abierto y fluido. Para asegurar la estabilidad del techo, instalamos vigas de refuerzo. Al picar la pared del salón, descubrimos el hermoso ladrillo visto, añadiendo un toque rústico y elegante a la estancia. Además, eliminamos el falso techo, dejando a la vista la impresionante bóveda catalana, lo que aportó una sensación de amplitud y un estilo inigualable.
El cuarto de baño, inicialmente un espacio único, se transformó en dos áreas separadas debido a una pared maestra inamovible. Por un lado, se ubicaron la ducha y el WC, mientras que en la otra área se instaló el lavamanos. Para los cerramientos, elegimos puertas correderas de madera natural estilo granero, complementadas con herrajes negros, creando un diseño moderno con toques rústicos que armonizaban con la grifería y los mecanismos eléctricos.
El dormitorio principal fue desplazado hacia la fachada, permitiendo la entrada de abundante luz natural. Decidimos que la pared del dormitorio no llegara hasta el techo, facilitando que la luz se difundiera también en la zona del comedor, generando una sensación de continuidad y luminosidad en todo el espacio.
La cocina se rediseñó en un concepto abierto al salón. Los armarios en un elegante tono verde y la encimera de pino con retorno frontal aportó calidez y un toque acogedor al espacio. La decoración final del apartamento se realizó en tonos claros, logrando un ambiente luminoso, sofisticado y acogedor.
El resultado de esta impresionante transformación fue un piso que se alquiló por 1.500€ en menos de una semana a una ejecutiva inglesa con un excelente perfil, logrando así doblar el precio del alquiler anterior y asegurando un inquilino muy solvente.
Con una inversión total de 50.000€, la inversión en la reforma obtuvo una rentabilidad del 13,8%.


